Hola, hola, mis dientes de león!♥
¿Disfrutaron del día de San Valentín ayer?
Bueno, yo dije que iba a subir capítulo, pero un compromiso con algunos amigos míos,(que no tenía previstos antes) me mantuvieron fuera todo el día.
Entonces, hoy le traigo el capítulo nuevo :)
No tengo mucho que poner, porque publico de rápido, ya que ahora mismo tengo que volver a salir (bien vaga yo jajaja)
Espero que les guste el capítulo! Ya que sale nuestra chica de las hachas!
Ya saben: Lean♥ Disfruten ♥ Comenten ♥
Capítulo 37: Johanna Mason.
Johanna Mason sonrió, mofándose de mi expresión incrédula.
-Eh, parece que no te alegras de verme, descerebrada.
-¿Qué?- musité-. Johanna ¿Qué rayos estás haciendo aquí? Yo....
-¿Te interrumpí en algo....?-me miró de pies a cabeza- Vaya, chica, ¿acabas de levantarte?
-No- rechisté; empecé a acomodarme el pelo, toqueándolo para formar una trenza maltrecha.- Aún no has contestado a mi pregunta.....
-¿Qué?- le tocó a decir ahora a ella- ¿Me estás preguntando que qué hago aquí? Descerebrada, ¡estoy aquí por que tú me invitaste!
Entonces recuerdo que hace un par de días le hablé por teléfono.
-Johanna....-sonreí tontamente, conteniendo mi voz-....oh, Johanna.....¡No era éste día!- dije, con un tono de exasperación.
-¡Me dijiste que el dos!
-¡Te dije que el do-ce, Johanna!- grité-. Supongo que no lo has de haber escuchado- fruncí los labios, bufando.
-No sé qué le pasa a mi teléfono últimamente, que se oye entrecortado....-se excusa.
-¿Me estabas poniendo atención, por lo menos?- enarco las cejas.
-Ehhh....mmm...no mucha que digamos....
-JOHANNA.
-Vale, vale....la descerebrada ahora soy yo ¿de acuerdo? Ya, tranquilízate, chica en llamas, en cualquier momento prenderás fuego- me toco el hombro, riendo en lo bajo.
-No es gracioso- solté.
-Pero tu pelo alborotado si lo es.
Ante toda respuesta, puse los ojos en blanco, pero volví a acomodarme el pelo torpemente.
-Genial, has arruinado la sorpresa, Mason- gruñí.
-¿Qué sorpresa?
Oír su voz detrás mío hizo que deseara que en ese mismo instante que me tragara la tierra, o que me partiera un rayo en dos.....¿Por qué siempre parecía que la suerte nunca estaba a mi favor?¿Por qué nada me salía bien a mí?
Fue una sensación frustrante que traté de controlar apretando mis manos en puños.
-Katniss....-se detuvo en seco-....Johanna....-él pareció conmocionado-....¿qué haces aquí?-preguntó Peeta, con su amabilidad de siempre y un atisbo de sorpresa en su voz.
-Hola, Peeta- sonrió Johanna. Entrecerré los ojos al escuchar el tono seductor en su voz; ella notó mi mirada, cerró sus labios y se irguió un poco-....La sorpresa de que....iba a venir a visitarlos, pero no iba a llegar hasta mañana....y por eso Katniss dice que la he arruinado al adelantarme- sonríe.
-¿Tú sabías de ésto?- me pregunta Peeta.
-Sí...-me obligo a sonreír, siguiendo la mentira de Johanna-, Jo me habló antier, para avisarnos, pero.....como sólo estaba yo en la casa, me dijo que te quería sorprender a ti.
-¿Jo?-preguntaron ambos, expectantes, al mismo tiempo.
-Sí, Jo...- sonreí empalagosa. Esto de improvisar no se me daba muy bien.
-Oh, yo también te quiero, amiga Kat- me abrazó con una brazo Johanna, guiñándome el ojo. Hice todo el esfuerzo por no entornar los ojos y zafarme de su abrazo.
-De acuerdo....-murmuró Peeta, mirándonos como se mira algo que todavía no acabas de creértelo-...en ese caso, me alegra volver a verte, Johanna- dijo, y sonrió para dirigirse a abrazar a Johanna.
Ella instantáneamente me soltó y se aferró, con una sonrisa, a los brazos de Peeta.
-A mi también me alegra verte, Peeta- dijo ella, y por primera vez su tono no era burlón, o seductor, si no....sincero.
Por mi mente se cruzó la idea que la que andaba abrazando a Peeta hace algunos momentos era yo....sino hubiera llegado ella....
Eso causó que una punzada de celos me recorriera el estómago......
Aggh! ¿En qué estás pensando, Katniss? Dios, contrólate.
-Bien, si te vas a quedar, Johanna, tienes que tener un lugar donde dormir. Te ofrezco mi casa- sonrió él.
-Oh, ¿y tú?- pregunta ella.
-No te preocupes por mí, créeme- luego me miró y me guiñó un ojo.
- Pero.....Ah, acabo de entender- Johanna esbozó una sonrisa pícara; pasó sus brazos encima de nuestros cuellos en un abrazo rudo- Oh, me alegra mucho ver de nuevo a mi par de descerebrados favoritos- ríe.
-Y nosotros a ti, Johanna- dijo Peeta.
-Estás hablando en plural, Peeta- bufé.
-He notado que estás de un bueno humor hoy, Kat- agregó con un poco de énfasis al final- ¿Qué tal si me ayudas a mover mis cosas a la casa de Peeta, eh?
-No es necesario, yo podría.....-comienza él, pero lo interrumpo levantando la mano. Porque, a pesar de que clasifiqué la idea de celos hacia Johanna como estúpida, quería ir yo con ella, no que fuera él.
-Por supuesto, Johanna.....Iré- y antes de irme, me vuelvo hacia a Peeta- ¿Te parece si preparas la cena?- sonrío- Muero de hambre. Te veremos aquí en una hora. ¿De acuerdo?
-Claro.
Por un momento, me dan ganas de despedirme de él con un beso. No quiero alejarme a más de un metro de Peeta, pero la presencia de Johanna a mi costado hace que me abstenga de la idea de besarle antes de marcharme. Sonrío y poso mi majo en su mejilla. Me corresponde de la misma manera y toma mi mano entre la suya, antes de que la baje, nos separemos y cierre la puerta detrás de si.
-Vaya- suelta Johanna- ¿Así que ya viven juntos? Vaya....-repite-, descerebrada, ¡qué astuta me saliste!
Pongo los ojos en blanco, mientras lucho con la cerradura de la puerta. Consigo abrirla y ambas entramos.
-No....- digo en un susurro-....sólo....dormimos juntos....lo hacíamos antes ya....amm...cuando estábamos en el tren.....¿Qué estoy diciendo?
-¿Lo hacían antes...?¿Qué? ¿Eso que andaban haciendo antes de que los interrumpiera...?
-¡¿Qué?!¡No!¡Johanna!¡¿Quieres dejar de hacer preguntas?!
-Está bien......-se vuelve entornando los ojos, empezando a subir las escaleras con su equipaje-....¡Pero eso lo tomaré como un sí!-me grita ya en el segundo piso.
Tengo ganas de gritarle, sin embargo, tuerzo los labios y musito:
-Piensa lo que quieras.
Voy a la cocina y me sirvo un vaso con agua. Me lo acabo de un sopetón y lo dejo con un golpe en el fregadero. Me dirijo a las escaleras con inseguridad, sabiendo que si Johannna Mason decía otro de sus comentarios sarcásticos.....una de dos: O me acabaría arrancando los pelos yo.....o se los acabaría arrancando a ella.
Con un suspiro de resignación, subí al segundo piso.
Entré en la habitación de Peeta y varios recuerdo de él y yo aquí, abrazados, con la oscuridad sobre nosotros, afloraron en mi mente.
-Puedes quedarte aquí si quieres, no se siente tanto frío, en especial en estas noches que se avecinan.....también puedes darte una ducha....hay agua caliente....O, si te apetece, hay una habitación de invitados.....
Me paré en seco. Johanna estaba parada junto a la orilla de la cama, cerca del mueble que tenía una fotografía enmarcada.....
Y, cerca del porta-retrato, se hallaba un destello blanco. Ella la cogió: Mi perla.
Se quedó pensativa un rato, callada.......algo raro en Johanna Mason.
-La recuerdo- dijo con voz ausente-....es del Vasallaje....Peeta te la dio.
-Sí.....-dije, en un instante me sentí incómoda, ultrajada, como si el recuerdo sólo nos perteneciera a Peeta y a mí, y ahora una tercera persona se hubiera metido en él.
-¿Sabes....? Cuando estábamos en el Capitolio....recordé cuándo te la vi.....Y a Peeta, diciéndote que no había funcionado cómo él quería. Tú estabas decidida a sacarlo con vida.....pero él deseaba lo mismo contigo. Porque te quería mucho....y creía que ese amor sólo lo había visto con Finnick y Annie. En ese momento, sentí una gran pena por aquel chico al que oía gritar todas las noches....
Extrañamente, escuchar esas palabras de la boca de ella hizo que el sintiera un nudo en la garganta....la sensación de que algo me aplastó el pecho para sacarme el último aliento de aire.
No me quería ni imaginar a Johanna en esos días en los que estuvo prisionera.....ni a Peeta gritando.
Sacudí la cabeza y me tallé los ojos para eliminar esos pensamientos de mí.
Cuando volví a abrir los ojos, lo primero que vi fue a ella: una mujer que había sufrido tanto como nosotros, alguien a quien no le quedaba nadie....y, sin embargo, seguía aquí, sacándole humor a la vida con su ingenio sarcástico.
Johanna se volvió y supongo que mi expresión la despertó. Parpadeó y dijo:
-Lo siento.....no debí decir eso....
-Descuida, ya me lo habías mencionado antes- le sonrío levemente, porque se mostró muy apenada de repente.
"-Johanna,¿de verdad lo oías gritar?
-Era parte de la tortura."
Pasamos unos minutos en silencio. Ella, con un suspiro, coloca la perla en su sitio, y se acerca más a mí.
-¿Y bien?¿Qué vas a hacer?-le pregunto.
-Me quedaré aquí....si no os molesta...., en realidad, no tengo un lugar específico a donde ir o pertenecer.
-¿Y el Distrito 7?
Johanna rió.
-Es como el agua....sólo sirve para rememorar los recuerdos y temores del pasado- sonríe tristemente-. No he permanecido allí mucho tiempo....he estado viajando por los distritos.....hasta una vez me hospedé en el Capitolio ¿sabes?
-¿Y cómo es? Ahora...me refiero.
-Diferente. Esplendoroso. Magnífico. Y cómodo, muy cómodo. Te dan ganas de quedarte a vivir para siempre allí- bromea-. También visité a Annie una temporada.
-¿En serio? Peeta igual...y después yo me le sumé.
-Sí. No fue hace mucho.....tendrá ¿un mes, mes y medio?
-¿Viste lo mismo que yo?-pregunto de repente.
-Si te refieres a que vi a mi amigo reflejado en los ojos verdes de ese niño de cabello bronce...sí, sí lo vi......-se aclara la garganta y se irgue un poco más- Pero no nos vamos a poner a lloriquear como niñatas tontas. Vamos, que Peeta ya nos ha de estar esperando.
Asiento con la cabeza. Ella pasa a un lado de mí y se dirige a la puerta....pero antes de salir, se vuelve y me mira a los ojos:
-Katniss....cuida el amor que tienes ahora....- me sonríe. Parece condescendiente, amigable.....- porque si no, repetiremos lo del ascensor y ya veremos a quién prefiere Peeta cuando terminemos-....y tan perfecto para ser real.
Pero esa era la Johanna Mason que conocía. La inigualable y única Johanna Mason.
Por primera vez, el comentario sarcástico no me lo tomé mal. Me reí y caminé hacía a ella. Le di unas palmaditas en el hombro.
-No estés tan segura, Mason. Ahora camina, descerebrada.
-Vale, es que sigo sin pillarlo- rió Peeta, limpiándose las manos con un trapo de cocina- ¿Me estáis diciendo que ustedes dos son amigas ya?
-¿Yo?- replicó automáticamente Johanna- ¿Amiga de ésta descerebrada?- me señala con ademán exagerado- ¿Estás de broma, Peeta?
Él soltó una carcajada.
-El que hayan regresado sin un solo rasguño o no estando molestas lo explica todo- sonríe.
- Era mi suministro de morflina cuando estábamos en el 13....tenía que entablar una relación con ella ¿no crees?-razona Johanna. Me guiña un ojo con una sonrisa ladeada.
-A mí no me engañas, Johanna.....te agrada Katniss, lo sé- la contradice Peeta, con un tono sugestivo.
-¿Así es siempre?- me recrimina Johanna, señalando a Peeta y viéndome con la cejas enarcadas.
-Uff. Siempre- contesto con una sonrisa- le encanta fastidiar a las personas con bromas absurdas.
-¡Oye!- ríe y me golpea suavemente el hombro- ¿Quién es el que hizo la cena, eh? Más respeto para el cocinero....
-Vale. No quiero comer las sobras que le das a Buttercup- río, me acerco a él y le planto un beso en la mejilla-....¿Sabes? Me encanta cuando te enojas....
-A mí no tanto- contesta a él, pero sonríe.
-Pero a mí sí- río y le beso los labios. Él me corresponde el beso, tomándome de la cintura para pegarme más a él.
-Oh, por favor, ¡paren ya! que me están haciendo sentir nerviosa. Todo es muy dulce para mí que voy a vomitar- dice Johanna, asiendo una mueca de asco.
Me río.
-Vale, es mejor que empecemos a comer.....¡Tengo tanta hambre!
Pasamos una cena formidable. La verdad.....las risas que nos saca Johanna Mason llenan el silencio que a veces suele haber cuando comemos.
Después de terminar de cenar, Peeta saca unas galletas que había puesto en el horno y prepara un poco de chocolate.
Así que, los tres nos dirigimos a la sala a sentarnos a conversar y disfrutar de esta pequeña merienda.
-Por cierto,- en algún momento, Peeta empieza a hablar- Katniss ya hace y hornea pan y galletas deliciosas- me adula.
-¿Ella?¿La misma que tengo en frente?-pregunta Johanna.
-Esa misma- sonríe él.
-¿Y no quemó nada?
-¡Ah!¡Por favor!¡¿Por qué siempre preguntan si llegué a quemar algo?!-me quejo.
-Porque- empieza Johanna- no podemos burlarnos de lo bien que tiras con el arco, así que utilizamos tu innato talento para la cocina.
Peeta ríe, pero abre su boca para decir algo.
-En realidad, no es tan mala como pensamos- sonríe.
Lo miro con ternura mientras una sonrisa se forma en mis labios al tomar un poco de chocolate caliente.
Pasó algún tiempo antes de que me quedara, apoyada en Peeta, profundamente dormida.
La noche anterior de verlo dormir me cayó como un balde de agua fría y cerré los párpados casi sin darme cuenta.
Desperté, más tarde.
Supuse que no había pasado demasiado tiempo desde que me dormí, porque Peeta no se hallaba en la cama, y una luz surgía entre el hueco que dejaba la puerta entre abierta.
Miré el reloj, comprobando lo que andaba pensando.
Bostezando, me incorporé de la cama y fui directo a las escaleras. Medité, unos segundos antes de bajar, si era mejor esperar a que él subiera, pero también tenía un poco de sed. Volví a bostezar mientras comenzaba a bajar.
Iba descalza, por eso mis pasos no sonaban en lo absoluto.
Estaba por entrar en la habitación principal cuando una conversación hecha por murmullos me detuvo.
Sé que no era bueno espiar....¿por qué hacerlo, si no había nada que ocultar?....Pero, tuve la sensación de que si murmuraban era por algo y de que, si yo llegaba a aparecer, se callarían de inmediato.
Me pegué en la pared, y contuve la respiración.
-Así que es eso lo que pasa, eh- oí susurrar a Johanna.
-Sí- casi pude ver a Peeta asentir. Haciendo un ligero movimiento de cabeza y dejando caer los párpados un poco como siempre lo hacía él -Pero no sé qué hacer, Johanna...
-Estoy segura de lo que vas a hacer.....sé que harás lo que creas mejor....nada más que no te convence mucho la idea.
Él suspira.
Trato de asomar un poco la cabeza para verlos mejor. Lo consigo y visualizo a Johanna sentada al lado de Peeta. Éste tiene las manos en el regazo y mira a Johanna a los ojos, como si se comunicaran con la mente. Por fin retira la mirada y se pasa las manos por el cabello.
-No podía haberlo resumido mejor. Pero quiero pensar un poco más antes de.....- Peeta deja la frase inconclusa.
-Decírselo- completa Johanna.
Inhalo con fuerza al notar que están hablando de mí.
Quizá, el sonido de una respiración es leve si lo comparamos con otras cosas, pero, en un silencio sepulcral, hay mucha diferencia.
Eso basto para que, por lo menos, Johanna volviera la cabeza en mi dirección.
Creo que logré escabullirme antes de que me viera allí. Subí rápidamente las escaleras, procurando ser sigilosa.
Me acosté en la cama y me tapé completamente, analizando si ella pudo haberme visto antes de desaparecer.
No podía dormir, dándole vueltas a mi cabeza las palabras que mencionaron ellos dos.....¿De qué hablaban?¿Qué estaba pasando que no sabía yo?
Después de lo que me parecen horas, oigo cómo alguien entra en la habitación y apaga las luces.
Cierro los ojos, finjiendo dormir.
Peeta se acerca a mí y me acaricia la mejilla con suavidad. Me la besa antes de tumbarse junto a mí y cubrirse con las mantas.
Tengo unas ansias enormes de volverme y abrazarlo para corresponderle el gesto con un beso también.
Pero me quedo inmóvil, quieta.
La sensación de que me oculta algo no me deja moverme de mi lugar.
Para los que se andaban preguntando sobre si lo que oculta Peeta ya había quedado olvidado.....
¡Había que alimentar más la intriga!
Ah, tributos....entonces ¿Qué me dicen del capítulo?
¿Les gustó?¿Les enamoró?♥¿Les aburrió?¿Lo odiaron?¿Sí?¿No?
¡Decidme lo que quieras en los comentarios!♥
Contarme qué les pareció, anda, anda...
Espero que el capítulo os haya gustado!♥
Me tengo que ir.
Les deseo una buena semana, día, lo que sea :)♥
Mil besos y azucarillos para ustedes, mis lectores!
♥ Chao
Con Cariño♥
Vuestra Escritora♥
Meena♥