Hello Tributes!♥
CHAN....CHAN....CHAN....
¿En qué nos quedamos el capi anterior..? Ahh si!! en quién abría la puerta :D Jajaja
¿Qué creen? Acabe antes de tiempo el capítulo!^^
Ya no tendrán que esperar hasta mañana!!
Aquí está la parte 2!!!!!↓↓↓
Ésta es la parte que más me gusto escribir!!^^
Disfrútenla & recuerden comentar si les agrado!!♥
Espero que les enamore! !^^
Capítulo 17: Tan cerca y tan lejos a la vez.
(Parte 2)
La luz que emanaba de dentro de la casa me deslumbró y tuve que entrecerrar los ojos, no pudiendo ver a quién abrió la puerta.
-Qué sorpresa verte aquí....-dijo un segundo después de que recuperé la visión.
-Hola Annie- dije con una sonrisa.
Aunque un poco decepcionada por que lo que quería era encontrarme a Peeta-
¿Cómo estas?
-Bien ¿Y tú?
-Bien, gracias.
-Bueno, pásate, estás en tu casa- hizo un ademan
de invitación con una sonrisa en los labios.
Tenía mucho que no veía a la chica de cabellos oscuros, facciones finas y ojos verdes que sabías que al verlos, estos te mostraban mucho que contar.
Debí, tal vez, comenzar el tema yo, pero estaba tan encaprichada con la idea de ver a Peeta que fui directo al grano.
-Antes que nada Annie- dije adentrándome en la casa y sentándome en el sofá que me
ofreció - necesito hacerte una pregunta.
-Claro Katniss ¿Cuál?- dijo cerrando
la puerta y sentándose alado mío
sin desvanecer su sonrisa.
-¿Peeta está aquí?-dije con un
brillo en mis ojos. Solté las palabras rápidamente, de una sola exhalación. Ella arqueó un poco la ceja pero borró el gesto como si hubiera sido un error hacerlo.
Tal vez en ese momento él iba aparecer detrás de Annie, sorprendido de
verme o Annie iba a asentir y me iba a llevar con él.
Pero, desgraciadamente no pasó nada de eso.
Annie dejó de sonreír y su semblante se puso serio.
Tardó unos segundos en articular una palabra y después tomó aire.
Pensé que quizás no me entendió, y me preparé para repetir la pregunta con un poco más de calma.
Abrí la boca para hablar, pero ella contestó a
mi pregunta al mismo tiempo.
Sí me había entendido, pero dijo una respuesta todo lo contrario a lo que querían oír
mis oídos:
-Katniss....Lo siento...pero Peeta tomó un tren está tarde.
Sentí que algo se estrujó dentro de mí.
Confiaba que mis oídos me habían traicionado. O al menos, la poca esperanza que habitaba todavía me hizo creer eso.
-¿Qué?- susurré. Me escocían los ojos, señal de que estaban a punto de derramar lágrimas.
-Katniss, Peeta se fue esta tarde- repitió Annie con algo de compasión.
-¿Qué? ¿A dónde?- dije perdiendo mi vista en el suelo. Puse ambas manos en mi frente y presioné las gotas de agua salada de mis ojos.
Annie negó con la cabeza.
-Lo siento, pero no lo sé.
No dije ninguna palabra¿Cómo rayos iba a hablar si tenía un nudo en la garganta?, así que Annie siguió hablando:
-Ésta mañana salió y volvió corriendo en la tarde. Traía ya sus
pocas cosas en la mano y me agradeció por todo. Se lo pregunté pero no me
alcanzó a decir por que salió como un rayo de la casa. Lo único que entendí es
que iba a tomar un tren. Lo siento Katniss- Annie se paró de donde estaba y
prendió las luces por que ya estaba oscuro y apenas y sentí que fue a la cocina
y me trajo un vaso con agua.
Pasando 15 minutos sin decir nada, algo llamó nuestra atención.
Un llanto se escuchó desde el segundo piso.
-Ahora vuelvo, no tardaré-murmuró Annie y subió corriendo las escaleras.
Me quedé sola.
Todo fue en vano. Había viajado al Distrito 4 con la esperanza de que sí estaba aquí, de que lo podía volver a ver. Y todo fue en vano.
Porque ahora Peeta podría estar en cualquier lugar de Panem.
No es posible lo cerca que pude estar de verlo. Y ahora lo lejos que está esa oportunidad.
Quizás soy una exagerada, pero aun si me quedo en silencio, no puedo oír los latidos de mi corazón.
Busqué con desesperación la perla en mi bolsillo y me llevé otra
sorpresa.
La perla no se encontraba ahí.
Debió haberse caído cuando choqué con una de esas personas en
la estación.
Maldije entre dientes por ser tan descuidada.
El agua temblaba dentro del vaso en mi mano. Lo dejé en
la mesa de centro y me paré de mi asiento.
Comencé a divagar por la casa. Me detuve en frente de la ventana
que estaba al lado de la puerta.
Podía alcanzar a ver como las primeras gotas de lluvia
impactaban con el vidrio.
Por primera vez llovía desde que empezó el invierno.
Observé mi mano. Temblaba y estiré los dedos para ver como las sombras de las gotas se dibujaban en mi piel formando motas y
puntitos.
Afuera, la oscuridad y la fuerte lluvia torrencial que se desató
no me permitían ver con claridad. Lo poco que pude atisbar era la luz
del farol que era el único que proporcionaba luz a la calle.
Me sentí ahogada en soledad, al igual que lo estaba la avenida.
Posé mi mano en el cristal. Presioné mi piel contra
la fría superficie para no dejar que los recuerdos me invadieran.
Suspiré y una nube de vaho cubrió una parte de la
ventana tapándome completamente mi(de por si) mal vista del
exterior. Con la otra mano, limpié impaciente la ventana.
Perdí mi vista en el vidrio, estaba totalmente bloqueada en esos momentos. Pero un movimiento, un cambio en las sombras que había fuera logró volverme a la realidad.
Percibí una figura que arrastraba los pies encima del lodo.
Primero dudé al divisar una sombra que mientras fue caminado se
convirtió en una persona que se recargaba contra el poste.
Allí y ahora mi corazón pareció revivir. Inhalé y de verdad sentí
como el aire entraba a mis pulmones.
Algo volvía a brillar.......¿Esperanza?¿Cómo es qué todavía vivía?¿Nunca se rendirá?¿Por eso el presidente Snow la creía tan peligrosa?
Entonces,¿Podría ser posible qué.........
Mis impulsos controlaron mi cuerpo. Abrí la puerta con actitud
vehemente y caminé hacía los escalones.
Apenas fui consciente de que la lluvia me empapó y los estruendos que causaba al tocar el piso solo eran un zumbido para mí, sólo quería
saber si .......
Bajé los escalones y me encaminaba hacia el farol. La persona en
el tenía la cabeza gacha, apenas y lo podía ver si no fuera por las grandes
mantas de agua helada cayendo.
Avancé impacientemente y me paré en seco.
-Peeta-murmuré con la última esperanza que sobrevivió a todos
estos hechos y tiempo. Soné casi
suplicante.
En eso levantó su cabeza y pude observar que sus ojos azules se
posaban en mí con cara de incredulidad. Era imposible que su brillo no se hiciera notar en la noche. Destellaban con una luz parecida a la de la luna entre la penumbra.
No podía ser cierto. Era él.
Era Peeta.
-¡Peeta!- esta vez grité corriendo, acortando rápidamente la
poca distancia que había entre nosotros.
Mis pies levantaron suficiente agua al rededor cada vez que pisaba los charcos.
-¡Katniss!- dijo con un aire exclamativo e interrogativo a la vez.
Abrió los ojos como platos, no se creía que yo estaba ante sus ojos.
-¡¿Qué haces aquí.....
No lo dejé terminar. En cuanto lo tuve enfrente, me lancé a sus
brazos.
Enrosqué mis delgados brazos entorno a su cuello y posé mi cabeza
en su hombro.
Noté como vaciló pero después me rodeó con sus brazos y me levantó
en el aire, dándome vueltas como dos niños jugando bajo la llovizna.
Las gotas de lluvia ocultaban las lágrimas que bajaban por mis
mejillas.
Lo apreté más contra mí mientras trataba de silenciar los horribles sonidos que empiezo a hacer cuando sollozo.
Después de un tiempo, Peeta dejó de hacer presión con sus brazos e
hizo ademan de dejar que mis pies tocaran el suelo.
-No- dije aferrándome más a él- no. Quisiera estar así.
Quisiera estar así durante toda mi vida- ahora que lo tengo no pensaba tan
siquiera dejarlo ir. No más.
Se separó un poco de mí y me vio a los ojos.
No puede evitar sonreír al ver su gran sonrisa.
-¿Por siempre?-preguntó en un susurro que transmitió una hermosa sensación cálida cuando
me lo dijo en el oído.
Le besé en los labios y asentí.
-Por siempre.
Lo tomé por sorpresa, pero sonrió de nuevo. Aún me sigue encantando ver su sonrisa. Enciende
una parte de mi alma, de mi ser, que ni yo misma conocía.
Me tomó de nuevo y mis pies quedaron otra vez colgando en el aire.
Nuestros cuerpos encajaron perfectamente en ese abrazo, como 2 piezas de
rompecabezas, como el Ying y el Yang, que solo están hechos el uno para el
otro.
Cerré los ojos y Peeta me besó. El beso se profundizó y disfruté
del agua que se colaba entre nuestros labios.
Allí, bajo la primera lluvia de primavera, bajo la tenue luz del
farol, rodeada por los brazos de Peeta, me sentí absolutamente feliz.
Una de esas felicidades que no se disfruta todos los días. De esas que te aferras tanto a ellas por que temes que van a salir corriendo de un momento a otro.
Esa felicidad que tenía los ojos color del océano debajo de un día soleado, con rizos rubios ceniza cuyo nombre era Peeta Mellark.
Era perfecto, y, por un momento, lo comparé con uno de los tantos
sueños que he tenido.
Pero lo mejor de todo es que eso si estaba pasando.
Esto si era Real.
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k♥__♥p
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(representación de lo ocurrido jaja :D)
He aquí el reencuentro que me llevan pidiendo desde hace 5 capítulos! jajaja :D
¿Les gustó?♥ (Meena sacó su parte melodramática)jiji !
Comentarme que les pareció!!!^^
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Con Cariño♥
Vuestra Escritora♥
Meena♥ ^^