viernes, 1 de agosto de 2014

Capitulo 44 ♥ ( Con una sorpresa n_n)

Hola, hola, mis dientes de león!
¿Cómo han estado?
Yo estoy sufriendo, ¿sabéis por qué? El lunes vuelvo al cole T__T
Si, dos semanas de vacaciones desperdiciadas en un curso que tengo que ir obligatoriamente (si no, me echan a los mutos)
Así es, estoy en agonía.
La parte buena es que por fin os traigo el Capítulo 44! (Tobias-Tobias. Divergentes entenderán)
Es realmente largo, aunque no el más largo que he escrito, ese es el Capítulo 20....pero, este sólo tiene que envidiarle 200 palabras más, así que espero que no os aburráis. 
Y, como vieron en el título, casi al final de esta entrada hay una sorpresa. Pero tendáis que leer primero el capítulo (si queréis entenderle)
Espero que les guste la lectura de hoy!
Ya saben: Léanlo ♥ Disfrútenlo♥ Ámenlo♥ 
Tributos....con ustedes....el capítulo 44!















Capítulo 44: Recuerdos que no quisiéramos perder.













Sentada al pie de la escalera, con la espalda posada sobre la pared, miraba a la nada con los ojos perdidos.
A un lado de mí, rodeándome, se encontraban varios pedazos de papel, que era lo único que quedaba de la pulcra envoltura; una caja próxima a estos restos de basura y una hoja de pergamino sostenida por mi mano eran las cosas mas cercanas a mí.
Mis dedos acariciaban la hoja. Había leído tantas veces la carta que el fino papel ya se veía arrugado.
No podía mirar la letra de Peeta sin imaginármelo a él, inclinándose a escribir sobre la hoja, con la misma expresión de concentración que ponía cuando pintaba.
Esa visión me reconfortaba y de allí que en este momento mi mente estuviera tan embelesada que miraba a punto fijo sin mirar en realidad.
Con un tranquilo respiro, volví los ojos de nuevo a la carta.




Para mi chica en llamas:



Quiero decirte que en este momento siento el peso de la llave en el pecho. Obviamente has de recordar que me la diste de cumpleaños para que pudiera abrir el estuche de pintura que me regalaste. Quiero decirte que, a pesar de que no haya nada que pueda abrir con ella en este viaje, la traigo conmigo porque es como si el tacto de la llave no me permitiera olvidarte. Cada vez que la siento contra mi piel, te recuerdo.
Y es que, cuando me la obsequiaste, una carta venia con ella.
No la leí hace mucho. Con  todas las preocupaciones encima no se me ocurrió buscarla de nuevo ni mucho menos abrirla. Pero hace algunos días que me acordé de ella, entonces me apresuré a ver su contenido.
Creo que cada día te amo un poco más. Creo que cada palabra, punto y coma en esa carta me hace amarte un poco más.
No te puedo explicar cómo me sentí al leerla, porque ya me enrollé lo suficiente como para enrollarme más.
Lo que pasa es que contigo las palabras nunca serán suficientes.
Necesito de ti tanto como tú necesitas de mí, así que te puedes ir haciendo una idea.
Y te amo tanto, más de lo que tú me amas a mí, así que te puedes ir haciendo una idea, también.
Sonríe. 
Esto acabará pronto. 
Y hasta que te vuelva a ver, prométeme que guardarás para mí todos tus dulces besos.
Esto sería todo, señorita Everdeen.
Cuídate mucho. 
Abrazos.

-Peeta M.





Pero la carta no venía sola en el paquete.......
La coloqué con cuidado en el suelo y tomé la caja.
Le quité la cinta adhesiva que la sellaba, ya que me había centrado tanto en la carta que no se me pasó por la cabeza abrirla hasta ese momento.
Por fin dejé de luchar con las ataduras y logré liberar las tapas. Las levanté y miré, con sorpresa, lo que se hallaba dentro.
Era una cámara fotográfica.
La sostuve como se sostiene a una anomalía; nunca en mi vida había tenido una, así que la examinaba con mucha curiosidad.
Cuando me dispuse a buscar algo que me ayudara a entender cómo rayos usarla, encontré una sorpresa más.
Dos fotografías descansaban al fondo de la caja.
La primera que vi era la imagen, vagamente conocida, del sol recién saliendo detrás de los edificios del capitolio. El amanecer puesto ahí tenía un toque hermoso e inusual, ya que aquí el sol siempre se oculta y sale por las montañas, no por rascacielos.
Le di la vuelta a la foto y me encontré con otro escrito:



Posdata:    (continuación...)

Soy yo, otra vez. 
De seguro que ya viste la cámara, así que allí va la historia:
Había empezado a amanecer  cuando yo llegué a la estación del capitolio. ¿Sabes quién me fue a recoger? Pues Effie, cosa que me esperaba, porque a pesar de que le dije a Haymitch que no le dijera nada....le dijo.
Lo que no me esperaba era a la persona que la acompañaba.
Plutarch Heavensbee.
Cuando ambos me recibieron, él me dijo que estaba enterado de mi fiesta de cumpleaños pero que no pudo asistir, y para recompensármelo, me compró un regalo.
Entonces me dio la cámara.
Esta es la primera foto que tomé con ella.
¿Sabes algo? No es tan difícil como parece.
P.



La letra era más pequeña y compacta esta vez, con una impresión de que la habían escrito con la usual rapidez que se usa cuando uno tiene prisa.
Bajé esa foto y tomé la otra. Al volverla me sacó una risita ver que la persona retratada era Peeta.
Una bufanda le cubría el cuello y tenía las mejillas sonrojadas, de seguro por el frío matutino; tenía los ojos entornados y sus párpados estaban caídos, como si mirara al suelo, mientras que una cortina de largas pestañas dibujaba una sombra en su piel con la tenue luz de la mañana. Sus labios esbozaban una media sonrisa. La dulce e inocente expresión de alguien que no sabe que está siendo retratado.
Me sorprendía lo bien que Peeta salía  en las fotos, se veía tan guapo, pero lamenté que, de sus radiantes ojos azules, sólo se viera un chico resplandor.
Esta también tenía algo escrito detrás:



(Y más continuación)
Verás, Effie se salió con la suya al tomarme esta foto.
Y no, no tienes por qué reirte de cómo salgo, Katniss, ¡te lo prohíbo!
Pero bueno, te mando la foto para que pegues mi cara en la almohada y finjas que estoy allí, digo, para que no me extrañes tanto por las noches.
Y también te mando la cámara para que tomes las fotos que quieras. Te invito a enviármelas todas, ya que yo extraño verte.
Te amo real.
Peeta.


Con esta última nota me reí tanto que imaginaba a Peeta moviendo la cabeza con desaprobación diciendo: "Te dije que te lo prohibía"







Por la mañana, al bajar a desayunar, la cámara llamó mi atención.
Estaba en el centro de la mesa, donde la había dejado la noche anterior al subirme a acostar. La tomé y la subí a mi rostro. Me centré en la mira y enfoqué el florero lleno de prímulas que se encontraba cercano.
Presioné un botón, se oyó un sonido peculiar, y una foto salió impresa por una parte del artefacto.
Observé con detenimiento la foto, había estado practicando ayer por la noche hasta que pude tomar una decente. No fue tan difícil, como lo dijo Peeta.
Toda la semana estuve merodeando por cualquier lugar, sacando fotografías. La pradera, el lago, hasta  Haymitch salía en distintas de ellas.
Se las enviaba a Peeta cada tercer día y él me regresaba una contestación de cómo le habían parecido.
Incluso le envié unas a mi madre y Annie.
Mi mamá me había hablado luego, y yo le conté la historia de la cámara y cómo había llegado a mis manos.
De Annie no supe nada hasta dos días después, ya que llegó un paquete a mi puerta con fotos del mar y un pequeño niño siendo salpicado por el agua, riendo.
La inscripción en esta fue: Ya casi camina por si solo.
Fue entonces que me empecé a llenar de fotos, como de prímulas en esa ocasión de septiembre.
Platicando con Peeta, le comenté este problema. El sugirió que, aunque le gustara que se las enviara, dejara de hacerlas, ya que iba a terminar rompiendo la cámara por sobrecargo.
-Está bien, pero, ¿ahora qué hago con ellas?-le pregunté, bromeando.
-Guárdalas, son recuerdos, al fin y al cabo, que no quisiéramos perder, ¿no crees?- me contestó.
Sin embargo, su respuesta me dejó meditabunda toda la tarde.
Recuerdos que no quisiéramos perder....
Fue cuando se me ocurrió la manera de lograr este cometido.
Saqué a toda prisa el libro de plantas que mi padre había hecho cuando vivía. Él lo hizo porque no quería olvidar qué plantas nos podrían ayudar a sobrevivir y cuáles no, para mantenerlo allí y que nos sirviera de algún modo; y vaya que nos sirvió cuando él murió.
Eso era la solución: un libro.
Inmediatamente le escribí a Peeta comentándole mi idea, y luego él me contestó que le parecía algo excelente.






El sol moría lentamente entre los brazos de la montaña, y yo me hallaba bajo la cálida luz de un farol.
Hasta hace unos momentos el silencio moraba sobre todo, pero ahora esto lo rompía el sonido del tren llegando a la estación.
El silbato hizo que todo mi cuerpo se estremeciera de emoción.
Las puertas se abrieron, y gente comenzó a salir. Esperé pacientemente, a pesar de las ganas de querer echarme a correr e internarme en el tren para buscarlo.
Mi plan falló totalmente luego que, después de sólo un minuto de aguardar, salí disparada a la dirección de las puertas.
Siempre fui bajita, y maldecía esta característica mientras me apretujaba entre el mar de gente.
Al final, no pude encontrar a Peeta, y regresé a mi lugar para ver mejor la puerta en cualquier señal de él.
-¿Lo hallaste?-le dije a Haymitch cuando llegué a donde estaba. Él me había venido a acompañar a recibirlo.
-No- respondió él-. Pero tranquila, de seguro ha bajado y ha ido a ver el equipaje.
Era cierto. ¡Tendría que estar allí, sin ninguna duda!
Corrí hacia la parte trasera del tren (ahí guardaban el equipaje) y dejé a Haymitch hablando solo.
Al llegar, me dirigí al encargado de la estación directamente.
-Disculpa- farfullé, jadeando-, ¿Peeta Mellark ya ha pasado por su equipaje?
El hombre revisó su lista, y asintió con la cabeza.
-Sí, ya ha pasado. Pero ¡Aguarde un momento!- alzó su mano al ver que estaba por irme-, es que ha olvidado esto.
El encargado me entregó una caja de plástico cubierta de papel para regalo color verde.
Antes de que pudiera hacerle una pregunta, el encargado se volvió y se dedicó a atender a una mujer que buscaba sus maletas.
Caminé sólo unos pasos con ella, mirándola, distraída.
Tan distraída que me había olvidado por un segundo de buscar a Peeta.....
Aunque....no fue necesario.
-Ábrela- me sugirió una voz por detrás de mí. Dí un salto y me volteé.
Verlo de nuevo me hizo encogerme de la emoción. Ver sus ojos, su sonrisa....todo.
Pero lo único que me interfería saltar sobre de él, era el paquete que tenía en las manos.
-¿Es para mí, verdad? Lo sospeché con el papel verde- murmuré.
-Sí, no podía venir sin las manos vacías,¿a que no?- sonrió.
-Bien. Lo abriré.
Deseché el papel verde y lo hice una bola en mi puño.
Ahora que ya se podía ver lo que se hallaba dentro de la caja de plástico, sonreí.
-Katniss- susurró él, no llamándome, si no, diciendo el nombre de aquella flor, mientras se acercaba a mí-. Es tan hermosa como tú.
Y vaya que lo era. La solitaria flor era tan bella como la primera vez que mi padre me la enseñó. Sus hojas con forma de punta de flecha yacían debajo de ella, cerca de su tallo.
-Tienes razón, es preciosa- dije, colocando el regalo en el suelo.
-Sí, lo....¡Ah!
Ya no lo dejé continuar. Me había lanzado a sus brazos.
Con tal brusquedad lo tiré al suelo. Logró separarme un poco de mi abrazo estrangulador, para musitar:
-Oye... tranquila... no...me...dejas...respirar- finalizó
-Lo siento- me disculpé, riendo, aflojando mis brazos que tenían preso a su cuello. Puse una mano  en el suelo para levantarme, pero Peeta me detuvo.
-¡Hey! ¿Y quién dijo que quería que te levantaras?
Entonces me besó.
Oh, Dios......ese beso es uno de esos que te hacen creer en cosas imposibles. Que te suben al cielo, y luego te llevan al infierno.
Que te hacen desear la vida eterna para quedarte para siempre junto a la persona que te besa.







-La gente nos ve raro. La gente nos ve raro- murmuré.
-Te extrañé tanto....me importa un demonio lo que la gente diga.
-Vale, vamos, rebelde, hay que pararnos, dejé a Haymitch....-hasta ese momento me había acordado de Haymitch.
-Lo sé- dijo.
-¿Cómo que lo sabes?- repliqué.
-Me lo encontré nada más bajar, él tiene mis maletas.
Ambos nos paramos y nos sacudimos el polvo.
-¿Qué?¿Y por qué no me lo dijo?
-No lo sé...- respondió, pero al oír su tono supe que sí sabía-. Pero yo le dije que me esperara porque había olvidado....
-La flor- miré a Peeta entrecerrando los ojos con sospechas.
-¿Por qué me miras así?-inquirió, con una sonrisa entre nerviosa y burlona.
-Por nada- evité sus ojos al proseguir-. Es hora de irnos.
Peeta me ofreció su mano antes de empezar a caminar. Sin duda alguna, la tomé.
Estar aferrada de ella siempre me hizo sentir segura.







La flor no era lo único que Peeta había traído del Capitolio.
Al parecer, Effie se la había pasado comprando regalos a sus dos muchachos favoritos.
Vestidos bonitos a los cuales no les hice muy buena cara, pero unas hermosas cuchillas y flechas que agradecí entusiasmada.
Para Peeta, objetos que servía para hornear, o accesorios que servían para pintar.
Pero, sobre todo, también nos compró el encargo que le habíamos hecho.
Un libro con pasta grande y áspera. Las hojas de pergamino eran de color hueso, finas y delicadas.
Así fue como comenzó el libro de los recuerdos. Encerrando en sus páginas años y años de nuestras vidas.
Felicidades, tanto como tristezas.
Con forme pasó el tiempo varias manos trabajaron en él.
Siempre era reconfortante hojear sus páginas, descubrir todas las historias que se hallaban allí.
Nuestras historias.















Encuentro de Katniss y Peeta (Gráficamente)









La saeta del agua. Katniss en inglés.
¿Verdad que es preciosa?
Detallazo de Peeta, jajaja  ♥










Saben, no sé ustedes, pero cuando escribí las últimas líneas, se me venían a la cabeza varios flashbacks de la vida de Katniss y Peeta mientras ella lo narraba con esas palabras....como de película.
Caray, debería ser directora también. Y jurar solemnemente respetar cada detalle de las adaptaciones de los libros!
Okay, sólo estoy bromeando.

Entonces, ¿les gustó?¿Sí?¿No?¿Lo odiaron?¿Lo amaron?¿Me aman o no? jaja
Comenten qué les pareció!
Adio....


¡Eh! Esperen...¿creían que se me olvidaba vuestra sorpresa?
Sólo esperen un poco más abajo....






















Bueno, tributos, ¿recuerdan un tramito del capítulo, en donde Katniss sospecha de Peeta (¡¿otra vez?!) sobre el asunto de la flor? Bueno, no quería dejar en conjeturas eso, así que....CHAN, CHAN, CHAN..........¡Les traigo un pequeño escrito sobre la versión de Peeta sobre este asunto!
Sí, así es, como lo oyen....bueno, leen....es un punto de vista de Peeta.
¡Ah!¡Cómo extrañaba poder hablar através de Peeta!
Humm....tal vez estoy pensando seriamente sobre reanudar eso de los capítulos de él.
Disfrútenlo.







"Nada mas el tren se había detenido, bajé con una desesperante rapidez.

Tenía la idea de que si me apuraba, la encontraría más de prisa....
Por eso me impresionó encontrarme a Haymitch luego de haber ido por mis maletas.
-¿Y Katniss?-fue lo primero que pregunté.
-Bien, ni un "hola" antes, chico- se quejó Haymitch.
-Lo siento. Hola, Haymitch, perdona no saludarte antes, pero en verdad quiero ver a Katniss....
-¡¡Pff!!-resopló él-, ¡Cómo si  no lo supiera, si ella está igual que tú!
-¿Entonces sí vino?- dije, con alivio, porque al pensar que ella no pudo venir a recibirme se me había caído el alma a los pies.
-¡Pues claro que sí! Lleva parloteando de esto desde ayer- puso los ojos en blanco.
-Me alegra que se divirtieran en mi ausencia, Haymitch- sonreí.
En eso caí en cuenta de que me faltaba algo.
-¡Oh!¡Qué tonto soy!¡Olvidé el regalo!
-¿Regalo? No te debiste molestar.....-comenzó Haymitch.
-En realidad.....es para Katniss, pero no te preocupes....Effie también compró cosas para ti.
-Ah, me alegra saber que aún se acuerda de mí- contestó él.
Siguió diciendo más cosas....cosas que no oí, por estar pensando en algo.
Por estar tramando algo.
-¿Haymitch?-dije, interrumpiéndolo- Si viene Katniss, dile que no me has visto.
-¿Qué?¿Por qué?
-¡Oh!¡Tú dile! Es una sorpresa.
-Como quieras- musitó él.
-Otra cosa más- susurré antes de irme-, quiero que le digas que me he ido a recoger mi equipaje.
-¿Y para qué serviría eso?-preguntó.
-Conocemos a Katniss. Sabemos que no se quedará tranquilamente aquí a esperarme. Nunca ha sido buena con la paciencia.






-Hola- saludé con amabilidad al que hace un rato me había entregado mis maletas-, disculpe, he olvidado algo y....

-Sí, aquí está- me dijo, entregándome el paquete.
-¡Oh!¡Gracias! Pero....no me lo dé ahora.
-¿Qué?¿Que no se lo dé....?
-Sí. De hecho, quería pedirle un favor.....





Estaba recargado en una columna de la estación, con la vista perfecta hacia donde se recibían los equipajes.

Sabía que  muy pronto se presentaría.
Y no me equivoqué.
Ella venía corriendo tan rápido, que no se dio ni la más absoluta cuenta de que había pasado a mi lado.
La vi acercarse al hombre con el cual había hablado, su pecho se agitaba por el ejercicio.
Me pareció imposible que en los diez días que no nos vimos se podría haber puesto más hermosa de lo que era, pero mis ojos no me engañaban.
Su estilizada figura se movió entonces, con el paquete en las manos.
Perfecto, a pesar de ser improvisado, pensé.
De alguna manera logré situarme espaldas a ella. ¿Qué haría entonces?¿Abrazarla?¿Besarla?
No, primero tenía que abrir su regalo, ya tendría tiempo para hacer eso y mucho más después.
-Ábrelo- fueron las palabras que salieron de mi boca.
Siempre me ha encantado su expresión de sorpresa. Es tan genuina, como el diamante.
Bueno, será que durante estos últimos meses siempre me ha encantado toda ella."








¿Y este qué les pareció?
Es un "lo siento por haberme tardado eternidades para subir los capítulos" ¿Aceptan mis disculpas?


Ahora sí, esto sería todo, mis queridos dientes de león.
No se abstengan de comentar lo que pensaron acerca de cada palabra que hubo en el capítulo!!
Os espero, impaciente.
Les deseo lo mejor.
Muchos besos y azucarillos.
Y fuerza, para soportar la espera de Sinsajo Parte-Corazones......Parte-1.   :D
Los veo en la siguiente.
Chao.




Con cariño♥
             Vuestra Escritora♥
                                   Meena 









6 comentarios:

  1. Oh Meena que te puedo decir mas que me a Encantado como todo lo que has escrito, muero por que subas el resto de los capitulos. Sigue así saludos y un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. felicidades Meena excelente capitulo me encanto leer tu historia es como la continuacion de los libros los personajes encajan perfectamente cada vez que leo los capitulos me imagino los personajes, muchas felicidades y como siempre esperando que pronto subas los proximos capitulos saludos

    ResponderEliminar
  3. ohhhh muero de nuevo, mi querida escritora me dejas en ascuas pero me encanta me alegras el alma.Y quisiera decirte que por favor continúes (si es posible, ojala que si) los capítulos de Peeta. Felicitaciones y espero con ansias el siguiente capitulo. Saludooooosssss

    ResponderEliminar
  4. Ohhh, Meena en serio, una palabra: PERFECCIÓN. Me encanta como escribes:) Me alegra mucho mucho mucho demasiado! tener a Peeta de vuelta:) Espero el siguiente pronto y que le pida matrimonioo a Katniss (aunque si estuviera en puesto de Katniss no me importaría) Muchos muchos besos y sube el siguiente muy pronto!

    ResponderEliminar
  5. Meena ! Enserio no piensaa escribir un libro ? Seria perfecto .
    Tienes un infinito talento que yo corrrería por tu libro sabría que de lo que fuera seria P.E.R.F.E.C.T.O
    Porque si bien
    Este capitulo fue P.E.R.F.E.C.T.O
    Me encanto ese momento que se vuelven a ver T-T llore ..
    no manches meenatu si sacas mi lado sentimental , nah te quiero mucho !
    Comento desdd anonimo porque solo es algo rapido desde que empezaste sigo tu historia y ya era tiempo de comentar . Sube pronto eh !
    Jaja enserio porque esto es increible .
    Alegras mi patetica vida C':
    Saludos y muchos
    Besos
    .III.

    ResponderEliminar
  6. En serio , es maravilloso me rei a carcajadas a ver q heymich creía q el paquete era para él

    ResponderEliminar