sábado, 14 de septiembre de 2013

Capítulo 22♥

Hola hola!!
¿Cómo están?.... Sí, lo sé, merezco ser linchada por no subir capítulo desde hace (creo) un mes!
Desde hace unas dos semanas lo iba a subir pero....lo borré por equivocación! En realidad no sé cómo estuvo, el chiste es que me metí al blog para checarlo y fue como que "Oh ¡Ya no está el capítulo!"
Aparte de que entré de nuevo al colegio y me agregaron 2 horas más de las que tenía anteriormente(y de por si ya salía tarde)
En resumen, me costó un poco volver a escribir este capítulo con eso de acostumbrarme de nuevo a la escuela, las tareas..... Ni siquiera he podido leer un poco!
Pero bueno, la verdad es que no sé como haya quedado. Si le ha llegado a los talones al otro que escribí o no....ustedes díganme qué les pareció.
 Hace unos día recibí un comentario de parte de Sra.Eaton y dice algo así: "PROPUESTA: Deberías escribir una historia inventada y unos personajes inventados..."
Gracias por tu comentario Sra. Eaton! Me has dado algo en qué pensar....

Bueno....¡DISFRUTEN DEL CAPÍTULO 22! 
Léanlo, Ámenlo, Coméntenlo!
                                                           *Mil disculpas por no haberlo subido a tiempo*




                                

                            Capítulo 22: Después de tanto tiempo...






Desperté, aferrada a las mantas que me cubrían la mitad del cuerpo.

Jadeaba, intentando tomar aire y tener  tranquilidad. Mis ojos bailaron entre la oscuridad, se rindieron cuando no se podía distinguir nada más que sombras. Pasaron los minutos, y noté que la habitación se aclaraba poco a poco. Un primer rayo de luz traspasó la cortina...pero yo seguía atónita, pensando en la razón por la que se me había agitado tanto el corazón...
No fue una pesadilla. No se le podría llamar pesadilla a lo que soñé. Traté de alejar de nuevo las imágenes del sueño, entrecerrando los ojos.
<<Si Peeta estuviera aquí...>> asaltó esa idea mi cabeza. Empecé a pensar en sus brazos, mismos que hace no más de dos noches habían estado sosteniéndome....como siempre lo hicieron. Mi mano se estiró a mi lado....
Pero no. Claro que él no se encontraba allí, y por eso la soledad me invadió sin poder evitarlo.
Por un momento me sentí fuera de lugar, era como si me enojara con migo misma por la razón de necesitar tanto a una persona ..., nunca me había pasado igual.
Simplemente yo no era así. No.
El sudor frío fue el único que me devolvió a la realidad. Dejé la cama, sabía que no iba a dormir más.
Me dí un baño, me cambié el pijama por ropa, y salí del cuarto. Pasé por el cuarto contiguo echándole una mirada de reojo. Justo ayer, Annie ofreció a Peeta que se quedara ahí, porque era muy tarde para regresarse solo a casa; los oí con la oreja pegada a la puerta. Obviamente, declinó la invitación de Annie.
Cómo aún era demasiado temprano, ella y su pequeñín seguían metidos en cama. Desayuné sola, sin dejar de mirar el reloj de pared. Pensé en pasar a la casa de Annie cuando era vencedora, para ver a Peeta.
Sin embargo...la idea se desvaneció al pensar en el sueño de anoche, y en que tenía que hacer algo antes de marcharme del Distrito 4.
La palabra Madre se formó en mi mente...


Me costó dar con el hospital del distrito.
Éste estaba en el más remoto recoveco de la ciudad. Después de preguntarle a más de 5 personas, vagar por las calles y perderme constantemente, por fin dí con el edificio.
Entré, casi con alivio, atravesando las grandes puertas flanqueadas por columnas de mármol cristalino. Un olor a alcohol y antiséptico me irritó la nariz, haciéndome estornudar con fuerza.
-Disculpe- me acerqué a alguien lo más parecido a una enfermera- ¿Sabe dónde se encuentra la Sra. Everdeen?- le pregunté, todavía arrugando la nariz. Ésta me señaló un pasillo que acababa en una puerta solitaria media-abierta. Le agradecí antes de marcharme en camino a esa dirección.
El recorrido fue sorprendentemete corto, en cuestión de segundos me encontraba posada frente al picaporte, agarrándolo con indecisión.
Una sensación eléctrica me erizó los vellos de la nuca...Iba a ver a mi madre, después de tanto tiempo.
Nunca tuvimos la misma relación después de que murió mi padre. Me acostumbré a no contar con ella sólo por estar derrumbada en una cama sin pestañear, sumida en sus pensamientos. Con el pasar de los años se formó cierta indiferencia entre nosotras dos, la única razón que nos unía era Prim, pero ahora....ya no hay nada.
Por eso me sorprendió que ,en cuando abrí la puerta, el corazón me saltara de emoción al ver su rubia cabellera.
Estaba de espaldas a mí. Ordenaba meticulosamente las cajillas de cartón en los anaqueles, ni siquiera había oído que alguien entraba en la habitación y se colocaba detrás de ella.
La observé unos instantes antes de decir:
-Lamento no haberte podido contestar las cartas- vaya saludo, pero fue lo primero que me cruzó la mente al hablar.
Dejó de moverse. Se quedó completamente quieta.
-¿Katniss?-preguntó incrédula de que de verdad era yo la que le hablaba, en lugar de imaginaciones suyas. Se volvió y me miró con los ojos muy abiertos.
-Hola- sonreí. Me acerqué a ella. Mi atención fue a dar al medallón que tenía colgado en el cuello.
Lo tomé entre mis manos, sin necesidad de preguntar si era el Peeta me había dado, por que lo era.
-¿Cómo lo conseguiste?
-Plutarch Heavensbee me lo dio cuando me vine al Distrito 4- explicó.
Pasé los dedos por él y éste se abrió, mostrándome las dos fotografías. En un marco seguía estando la foto de ella y Prim riendo y en la otra....
-¿Yo?- le pregunté. Era una foto antigua, se veía por el daño en las puntas y la imagen un poco descolorida.
-Y tu padre- agregó. La miré con más atención y distinguí que uno de los bordes tapaba una parte del la  fotografía, que se veía disimuladamente doblada para que cupiera en el pequeño recuadro ovalado. Iba a sacar la foto para contemplarla bien, pero mis dedos se quedaron a medio camino. Sabía que si veía la cara de mi padre sería imposible no soltar lágrimas.
Pasé mi vista a la otra foto.
-¿La extrañas?- solté sin pensar al acariciar la parte en donde Prim estaba sonriente, sin ninguna preocupación reflejada en su cara. No esperaba que mi madre contestara. Sin embargo:
-Más de lo que podría asegurar- susurró al verme a los ojos.
Nos miramos...Silencio....y después....
Mis brazos se movieron tan rápido que en cuestión de segundos abrazaban ya su cuello. Podía sentir sus lágrimas recorriéndome el hombro y las mías mezclándose con ellas. Los minutos pasaban y nosotras seguíamos en la misma posición.
-Ha pasado mucho tiempo...no sabía mucho de ti...las cartas...¿Qué haces aquí?- las palabras salían con rapidez de su boca, como si no supiera que decir primero y lo soltara todo de pronto. Me separé por fin de nuestro abrazo y me limpié las lágrimas con disimulo.
-Es una larga historia...- suspiré- Si estás dispuesta, te la contaré- sonreí.
Ella primero me contó su vida. Decía que amaba su trabajo. Afortunadamente cuando solicitó el empleo como médico, se lo dieron en seguida. Se sentía feliz en el Distrito 4. Tenía una casa pequeña por el centro del distrito, así que diario veía el bullicio que se armaba allí. De vez en cuando visitaba la playa, pero su trabajo la mantenía ocupada. Y era lo que ella necesitaba: otras cosas en qué pensar.
Yo le relaté todo lo sucedido desde mi llegada al Distrito 12 hace unos cuantos meses. Todo a detalle de cómo me sentía y qué hacía; y también cómo todo eso cambió radicalmente a la llegada de Peeta.
Recordé algunos de los días en que pasábamos juntos en alguna casa del otro, platicando, riendo o horneando pan. (Más bien, él horneaba el pan y yo miraba) Luego salió lo del  flashback...Gale, la ida de alguien, la llegada de otro. Ni siquiera censuré las peleas que tuve con Gale antes de descubrir lo que me había traído aquí.
Cuando por fin terminé, me senté en un banco de madera y miré a mi madre, que estaba meditabunda. Ella sintió eso y me miró a los ojos.
-¿Qué?- reproché  por su mirada de extrañeza.
-Gale vino a buscarme una vez- me dijo, seria.
-¿Qué?- repetí- ¿Para qué  o por qué?- dije, levantándome de mi asiento.
-No por otra razón nada mas ni nada menos que preguntar por ti-contestó
-¿Y qué le dijiste?- le pregunté con un tono más duro de lo normal.
-Ese día- comenzó- me encontraba aquí, como todos los domingos desde que empecé a trabajar en este hospital. Alguien vino a avisarme que me requerían en la oficina principal del edificio; cuando pregunté quién el informante sólo supo responder: "Las autoridades". En ese instante pensé que algo grave había pasado. Me preocupé por ti- su mirada se situó un momento en mis ojos y se fue con la misma rapidez- por si algo te había sucedido...Llegué a la oficina y al ver a Gale allí me preparé para lo peor....por suerte todo seguía bien, o al menos era lo que me dijo. Me interrogó sobre ti. Cómo te encontrabas, qué habías echo y lo más importante: dónde estabas. Le respondí todo lo que pude, ya que ninguna de las cartas me las contestaste y ni el teléfono descolgabas. Al final, recuerdo que lo último que dijo antes de irse fue: "Regreso al 12".
Un silencio reinó por unos segundo. Yo estaba a punto de cortarlo con una pregunta...pero en cuanto abrí la boca, mi madre me cortó con un ademán.
-Hay algo más...-dijo-Esa misma tarde fue la primera vez que me encontré a Peeta aquí- finalizó.
Me quedé digiriendo sus palabras antes de decir:
-Así que así fue cómo Gale sabía que Peeta se encontraba en el Distrito 4...- susurré para mi misma.-¿Crees que se hayan encontrado?- le pregunté a mi madre.
Ella asintió. No con indecisión o con duda, sino con convicción.
Se hizo el silencio de nuevo. Me quedé pensando en cada palabra que se pudieron haber dicho...Una curiosidad enorme me asaltó y quise irme corriendo de ahí para ir con Peeta y preguntarle todo.
Estaba ya dispuesta a coger el abrigo y despedirme de mi madre, que acababa de murmurar algo que no oí.
-¿Qué dijiste?- dije, ordenando las ideas en mi cabeza.
-¿Sabes? Yo creí que te ibas a quedar con él...
-¿Con quién?- arrugué el entrecejo, extrañada.
-Con Gale.
La miré con los ojos muy abiertos, sin entender por qué razón había cambiado el sentido de la conversación. También la miraba con un cierto aire risueño, como si me estuviera decidiendo si  bromeaba o no.
-¿Por qué pensaste eso, madre?
-Bueno, eran los mejores amigos ¿no? Se les veía todo el tiempo juntos, todos pensaban lo mismo que yo pienso ahorita. Era con quién de verdad se te veía feliz. Pero veo que me equivoqué- se encogió de hombros con una media sonrisa en los labios.
Al mencionar ella todo eso, se vinieron cada uno de los recuerdos de Gale, causándome una punzante sensación en los nervios. Mi madre tenía razón.
Estaba segura de que quería a Peeta, pero tampoco quería perder mi amistad con él. No. Se lo dije en su momento y él no me dio otra opción que elegir...¿O fue que yo tampoco quise escucharlo? Recordé todas las palabras que le grité cuando nos peleamos....
-¿Qué he hecho?- me arrepentí de haberle hablado así. Debía reparar mi error....¿y si ya es demasiado tarde?

Le eché un vistazo al reloj. Ya era demasiado tarde, tenía que regresar con Annie, que de seguro ya ha de estar preocupada por que no aparezco.
-Me tengo que ir- me levanté con el abrigo ya en las manos. Mi madre hizo lo mismo y me dio un abrazo de despedida. Me besó la mejilla y su suave tacto me recordó a cada noche de mi infancia, cuando ella se despedía antes de irme a dormir.
Por un momento, no me quise separar de sus brazos. Me sentía a gusto entre ellos, era como encontrar de nuevo algo que ya lo habías dado por perdido hace tiempo atrás. Sus brazos fueron mi primer refugio contra el mundo.
-Mamá- dije sin estar segura de continuar-....Te quiero.
Hacia mucho que no se lo decía.
-Yo también- me abrazó más contra si. Antes de que nos echáramos a llorar otra vez, me separé y le sonreí de una forma en que no la había echo desde hace años.
-Cuídate- grité cerca de la puerta, a punto de abrirla.
-Tú también- sonrió y agregó- Me saludas a Peeta, y le dices que si pasa por aquí de nuevo, me encantaría que pasara a verme.
-Espera- me detuve- ¿Cómo que "si pasa aquí de nuevo"?¿Acaso ya ha venido antes?- pregunté.
-¿No te lo dijo?- dijo ella, confusa.
Negué con la cabeza.
Miré el reloj. No tenía tiempo. Pero lo que me contó mi madre a continuación me retuvo más horas de lo que yo había planeado.








¿Qué tal?     ¿Les gustó?     ¿Le faltó algo ó os aburrió?  

Díganme todo lo que piensan en los comentarios.


Hoy es el día del tributo! Por eso subí capítulo hoy, como regalo de mí para ustedes!
 Comenten Comenten, así me hacen saber que no me han olvidado :D

Saludos y Besos! Y muchos Azucarillos de Finnick!

                                
 Nos vemos la siguiente semana con capítulo nuevo!




9 comentarios:

  1. tu si que sabes hacer sufrir a la gente jajaj

    muy bueno el capi

    =) se te extrañaba, y te seguire molestando para

    que subas el proximo, tienen que estar juntos

    Katniss y Peeta, no hagas a mi corazon sufrir mas

    un beso enorme desde el fin del mundo

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    1. Muajajaja siendo mala desde 1234..
      Naa yo ni siquiera pretendí hacer eso... Bueno, un poco.
      Gracias, majo! Claro que puedes molestarme, tal vez así me apuro mas en las subidas de los caps!!
      Un beso enorme a ti también!

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  2. ¿El día del tributo? :O Nunca lo había escuchado, pero me alegro de que lo sea :) Sobre todo por tu capi ;) ¿de verdad crees Meena que uno de tus capítulos podría aburrirme? jaja Te aseguro que no :P Desconozco cómo te quedó el "original", pero muchas veces yo empiezo los capítulos de cero porque algo no me convence y tengo que decir que la mayor parte de las veces se transforma en un paso adelante que me motiva a seguir escribiendo :) Sea como sea, este te ha quedado muuuuuuuuuuuy bien ;)
    El rencuentro con su madre era una escena muy importante. tienen que ser tantos recuerdos de pronto... Y Prim... T_T En fin, que me alegro de que Katniss vuelva a ver a su madre como una madre y no sólo como una persona con la que tiene algo o alguien en común.
    Y la pregunta del millón es.... ¿qué significa eso de "si pasa aquí DE NUEVO"? Intriga intriga ¬¬
    Eso sí me alegro de que DE NUEVO estés por aquí Meena ^^ Mucha suerte para el nuevo curso ;)
    Besos
    PD: Pedazo de testamento que he escrito :O Estoy inspirada jaja espero que no te importe :P

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    1. Oh, Crispi, Gracias!
      Creo que es el día del tributo por que el 14 de septiembre del 2008 se
      publicó THG ;)
      Pff! Siempre digo que estoy de vuelta pero me termino yendo jajaja
      Gracias por tu comentario! No importa el pedazo de testamento, me encanta! Estaré dispuesta a leer todo lo que escribas <3
      Un beso enorme ^^

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  3. ¡Hola! Me acabo de leer los 3 capítulos que me faltaban y ahora ya vuelvo a estar al día.
    Es imposible que me aburra, el capítulo está genial y lo de que vaya a ver a la madre... me encanta porque como ni me acordaba de que estaba en el 4 no me lo esperaba.
    Eso si, nos dejas intrigados más bien muy intrigados, a saber que andaría haciendo mi Peeta... jajaja
    Besos ;)

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    1. Ana!Hola!
      Yo también tengo mucho que no paso a ver tu blog, disculpadme. Pero conseguirè tiempo para ponerme al día!
      Jajaja como dijo Crispi, tenía que haber reencuentro con ella!
      Dejarlos intrigados es la solución de todo escritor para que los lectores se devoren el libro ¿no?^^
      Jajaja
      Un beso enorme para ti y gracias por comentar :)

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